Si vieras a tu propia familia crecer disfuncionalmente por fases y no pudieras detenerlo, ¿qué harías?

Todas las familias tienen algunos hábitos disfuncionales, aunque algunos son mucho más arraigados y destructivos. Comprender su impotencia para cambiar a otros puede ser el primer paso para comprender el quid del problema. Cada persona tiene una incapacidad para cambiar a sí mismos.

Las personas pueden entender que su comportamiento no es correcto y, sin embargo, por más que luchen por corregirlo, no tienen el poder para hacerlo. En la carta de Pablo a los romanos, esto se afirma de manera más sucinta. “ Porque tengo el deseo de hacer lo correcto, pero no la capacidad de llevar a cabo. Porque no hago el bien que quiero, pero el mal que no quiero es lo que sigo haciendo ” (Romanos 7: 19–20). Si lees el resto de este capítulo, encontrarás la solución a qué hacer cuando no puedes hacer nada para evitar que algo funcione mal. Es la mejor solución que conozco.