El matrimonio no tiene ningún propósito para nosotros. Solo sirve como un asunto legal, médico y de herencia, y ninguno de nosotros tiene edad para preocuparnos. Ahora no estoy menos comprometido de lo que estaría con un permiso aprobado por el estado. No se equivoque, el matrimonio es poco más que un contrato escrito con beneficios reconocidos por el gobierno. Tener un compañero que siente lo mismo es algo hermoso: ningún velo de fantasía nos ciega a la realidad y podemos apreciarnos con autenticidad.
Quizás una vez que nos sintamos mortales retomemos la discusión. Tendremos motivos para relacionar asuntos médicos y legales.