Sí, muchos de ellos lo hacen. Muchas de las mujeres que conozco compran la ropa de su marido para ellas. Aprendí en la rodilla de mi madrastra la frase “¡No puedo creer que su esposa lo haya dejado salir de la casa de esa manera!” Cuando veía el desafío sartorial en público.
No parece molestar a los esposos. Son tipos que odian comprar ropa y están contentos de dejar que sus esposas elijan estilos y colores para ellos. Debo decir que nunca los ves en público con sudaderas viejas o con solapas en anchos desactualizados. Y, curiosamente, tampoco se rompe el trasero.
Los hombres que son ciegos al color aprecian saber que no están cometiendo errores de color deslumbrantes.
No conozco a ningún esposo que reprenda las elecciones de sus esposas por ellos. De vez en cuando, un padre puede quejarse de cómo la madre viste a sus hijos, pero esa discusión generalmente gira en torno a cuánto dinero gasta en lugar de cómo se ven los niños.