La terapia de esquema es, en efecto, enseñar al paciente a “re-padres” a sí mismos. Después de muchos años de que los terapeutas los declararon intratables y los sacaron de sus instalaciones, en las últimas décadas se descubrió que esta forma de tratamiento puede ser muy efectiva para las personas narcisistas.
Este enfoque se centra en “esquemas” y “modos de esquema”, o “programas” psicológicos que se activan en determinadas situaciones. Una vez que se identifican los esquemas malos o inadaptados, el terapeuta ayuda al paciente a volver a aprender hechos básicos sobre el mundo. Uno de estos modos de esquema es el “padre punitivo”, y otro el modo “niño vulnerable”. Se enseña al paciente a criar sus modos infantiles internos de manera efectiva y saludable.