Primero, pídale que piense en algo que es obviamente falso, por ejemplo, “¡Puedo volar como Superman!”.
Luego, responda (de manera exagerada) con “Sí, seguro que puede!” Dile que el sarcasmo es a menudo, pero no siempre, así de obvio. Pruebe diferentes gestos, como una cara seria, o con los ojos entrecerrados, o ruede los ojos y dígale que todos ellos entran en la categoría de “sarcasmo”. Depende mucho del hablante.