La mayoría de las personas viven con los recuerdos de sus cónyuges difuntos que con los de sus padres. ¿Por qué?

Según mi opinión, los buenos o malos recuerdos son parte de nuestro estilo de vida. Tales momentos especiales hacen que los humanos se sientan sorprendidos y en su zona de comodidad, y es por eso que la mayoría de las personas viven de recuerdos. Por lo tanto, crear una zona de confort o arrastrar a otros dentro de nuestra zona de confort recordando una y otra vez esos momentos especiales es un truco de la naturaleza humana.