Con mucha calma, no te defiendas ni trates de hablar con tu ex. Cuando pierdes tu calma algunos te preceden como culpable. Cuando te defiendes de una campaña de desprestigio, algunos te considerarán culpable. Si destrozas a hablar con tu ex, algunos percibirán a uno o ambos culpables. Si te involucras en alguno de los anteriores, acabas de entrar en tu trampa de narcóticos.
Sabes que estás mejor sin él, así que comienza tu baile feliz ahora y eso responderá todas las preguntas sobre quién es el verdadero gilipollas.