No creo que la normalidad sea realmente el punto aquí. (Yo diría que generalmente no se habla) Lo pertinente es si tal comportamiento está afectando negativamente su matrimonio. Ya que abordaste la pregunta, ese seguramente debe ser el caso.
Estás en una situación difícil, ya que es mi experiencia, tanto personal como observacional, que una vez que esto comienza a hablar, estás jugando desde atrás. Dígale algo al respecto e invariablemente ella lo compartirá con sus amigas, que lo utilizarán como más forraje en cuanto a por qué usted no es tan bueno. No digas nada y verás cómo las cosas se deterioran aún más ante tus ojos.
Por supuesto, no querrá sofocar su independencia y su “tiempo para mí”, pero cuando se cambia a la prioridad número uno y se convierte en su segundo papel, en el mejor de los casos, tiene un problema grave y, a menudo, imposible de resolver. delicado, así como afortunado en su manejo.
Probablemente su mejor apuesta, en mi opinión, es si los dos van a la consejería de parejas y ven si pueden obtener una mejor comprensión de lo que está sucediendo, por qué y cómo puede hacerse más equitativo.
El problema en mi experiencia, ante el riesgo de que me griten por ser sexista, es que la mayoría de las mujeres con las que me he encontrado están totalmente dispuestas a acudir a consejería, incluso cantando públicamente sus beneficios y alabanzas, siempre y cuando sean El hombre que es el villano ostensible.
Sin embargo, en lo que para mí al menos ha sido un número sorprendente de casos, muchos de repente ya no creen en los beneficios de la terapia, cuando se los considera culpables, y se niegan obstinadamente a ir.
No es que los hombres estén mejor, usualmente tienden a ser peores. Pero mucho más rara vez te encuentras con hombres que aparentemente son pro terapia y luego se niegan a ir. La mayoría son más sinceros desde el principio sobre sus prejuicios en ese sentido.
Si puede hacer que se comprometa a asistir a consejería de parejas y participar, con el tiempo diría que, en general, tiene una muy buena oportunidad de restablecer el equilibrio en su relación. Si no puede hacer que se vaya, lo más probable es que tenga su cadáver proverbial separado detrás de su espalda en los próximos meses, tal vez años. Una vez que se atrinchere, dale un beso de despedida. Nada de lo que digas tendrá ningún peso, excepto el negativo. Los buitres te comerán vivo.