Rompí un contrato implícito que no sabía que existía y lo arruiné debido a la ingenua negligencia de las reglas y la aparente incapacidad. ¿Puedo escapar ileso?

Aprenda de su error y haga su diligencia debida la próxima vez.

Lo recomiendo: en lugar de simplemente aceptar las suposiciones ingenuas de que establece metas definidas y construye su vida, estudio y carrera para lograr una serie de metas en movimiento y en expansión.

Si se trata de un asunto legal, lo mejor es confesar y pedir disculpas por la consecuencia, en lugar de dejarlo sentado y causarle muchos más problemas.