Si te refieres a que es natural imaginarla como será en la adolescencia, entonces sí, es perfectamente natural. ¿No te preguntas cómo será tu propia vida cuando seas mayor?
En realidad, no solo es natural, lo recomiendo. Si comienza a crear una imagen positiva de qué tipo de persona será su hija cuando sea adolescente, puede comenzar a crear experiencias de andamiaje para alentarlo.
Digamos, por ejemplo, que imagina que ella es una persona que se inicia a sí misma, alguien que toma la iniciativa. Esa es una habilidad que puedes entrenar en un niño. En lugar de inclinarse para decirle qué hacer cuando sea un niño pequeño y preescolar, aprenda a hacerle preguntas. Podría preguntar: “¿Qué tiene que pasar aquí antes de que podamos cenar?” Incluso un niño de dos años aprende que la mesa debe estar puesta. Si tiene cosas lo suficientemente bajas como para que ella las pueda alcanzar, ella puede comenzar el proceso colocando los tapetes y las servilletas.
Si ella está jugando con sus bloques, en lugar de sugerir qué construir, pregúntele qué está imaginando en su cabeza y cómo lo va a construir.
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Cada vez que toma la iniciativa por su cuenta, la elogia por eso y la etiqueta como tal. Tal vez ella recuerde guardar un juguete antes de quitar el siguiente y comienza a limpiarse por su cuenta. Diga: “Gracias por tomar la iniciativa de limpiar”.
Poco a poco, se construirá una imagen de sí misma en su propia mente como alguien que ve lo que hay que hacer y lo hace.