Los milagros no ocurren cuando te sientas y esperas a que sucedan. Salga y, de la mejor manera que pueda, cuénteles cuánto los ama y cuánto tiempo ha estado esperando para que lo noten. Responde el PORQUE también.
Si no puede hablar, entregue una carta o escriba un correo electrónico, pero no involucre a alguien para que transmita el mensaje. Una vez que hayas profesado tu amor, mira qué pasa. Mantén tus dedos cruzados y espera lo mejor. Buena suerte.