Mis hijos, de 23 y 17 años, son extremadamente obedientes hacia mí, casi en su defecto. ¿Es normal?

No, en absoluto normal.

Y tendrá algún efecto psicológico también. Por ejemplo, serán demasiado obedientes a sus futuros jefes en el trabajo, y también a sus futuros cónyuges. La gente podría dominarlos o explotarlos demasiado.

Para sobrevivir en el mundo exterior, tienen que saber cómo tomar una decisión, cómo enfrentar una pelea, cómo ser rebeldes (a veces). De lo contrario, otras personas los gobernarán, y mucho menos, ellos gobernarán el mundo.