Él no lo aprueba, tampoco lo desaprueba. Cuando nos casamos por primera vez, la idea era que trabajara a tiempo parcial porque quería poder mantener la casa, que necesitaba mucho trabajo, pero también quería algo propio al mismo tiempo. Debido a circunstancias imprevistas, no pude encontrar un trabajo como lo había planeado, así que me quedé en casa a regañadientes y continué quedándome en casa para criar a nuestra hija, ya que no teníamos familiares inmediatos que pudieran ayudarnos. Después de algunos años, finalmente pude conseguir un trabajo, pero debido a obligaciones contractuales, me veo forzado a quedarme en casa, al menos hasta que encuentre otro trabajo.
Trabajar me ha dado una sensación de satisfacción, un pequeño ingreso, pero sobre todo, me ha ayudado a perder peso. Todas estas cosas me han ayudado a ser más feliz, al menos por un tiempo y al final del día, eso es todo lo que quiere para mí. Él sabe que ser feliz me hace una mejor persona, una mejor madre y una mejor esposa y al final del día, eso es todo lo que cuenta.