Es bastante improbable que algún servicio de estilismo me atraiga, porque simplemente no querría invertir mi dinero en él, ni tampoco el momento. Prefiero comprar libros de los que siempre necesito recurrir.
Solo aquellos que tienen dinero para desperdiciar, no tienen una ocupación diaria y se obsesionan con verse bien pueden ir a un servicio de estilismo en su edad media, porque este es el momento de nuestras vidas cuando la productividad es más alta y estamos bien involucrados en todos los aspectos de nuestra Vive familia, trabajo, hogar y entorno social.