¿No es este el caso para todos nosotros? Si sintiéramos algo doloroso o angustioso, ¿alguno de nosotros realmente querría escucharlo?
Ayer estaba almorzando con un buen amigo, y compartí la historia en video de un perro que había sobrevivido milagrosamente a los incendios en California, saltando y saltando alegremente en reunión con su dueño. Mi amigo realmente disfrutó la historia, pero solo hasta que comencé a hablar sobre los gatos cuyas almohadillas habían sido completamente chamuscadas por el calor del fuego. Su rápida respuesta: “Ahora, te has vuelto muy oscura”. A su amada gata le diagnosticaron cáncer recientemente, por lo que pudo sentir el dolor como propio.
Sin embargo, la mayoría de las veces, ¿podemos sentir el dolor de otro como el nuestro? La Cabalá, la Sabiduría de la Conexión, explica que nuestra naturaleza inherente es buscar placer y evitar el dolor, incluso en la ruina y la destrucción de otro. Esta es ciertamente una verdad que nadie quiere escuchar porque, como dijo mi amigo, se siente muy oscuro.
Sin embargo, como imagino que a menudo sientes con respecto a tu esposa, es una verdad que debemos escuchar. Porque, sin un correcto diagnóstico de nuestra dolencia colectiva, no puede haber cura.
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Un verdadero diagnóstico es la mitad de la cura
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