Los sentimientos se balancean en la dirección de la felicidad. Puedes construir una relación de 10 años, esforzarte, hacer sacrificios, fingir estar contento y feliz, y luego, un buen día, una brisa de cambio roza tu piel. La posibilidad de encontrar una verdadera felicidad y la posibilidad de acabar con la confusión hasta ahora en tu mente que sabías que solo existía en retrospectiva, ¡te dan ganas de aprovechar la oportunidad! Te das cuenta de que cuando tejiste la historia de tu futuro, siempre fue mejor que el presente porque la esperanza permaneció en tus pensamientos. Ahora sabes que ha pasado mucho tiempo, las cosas no son como siempre has imaginado. Tal vez las cosas no cambien. Tal vez porque no estaban destinados a hacerlo y todo estaba en tu mente.
La mente entonces se vuelve frenética y los sentimientos pierden dirección. La única solución es un escape. De nuevo con la esperanza de mejores cosas. A veces las cosas mejoran, otras no. A veces encuentras a alguien para mejorarlos y otras veces te das cuenta de que fue tu propia alma la que necesitó la iniciativa de cambiar para mejor.
La vida continúa y encuentras personas que quieren permanecer en tu vida y en cuya vida quieres quedarte …!
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