Sí, es bastante posible.
Si estás cerca de alguien por un período prolongado de tiempo, empiezas a imitarlo, subconscientemente o no, y tomas sus hábitos, por así decirlo.
Tener un hábito con el que no estás contento no es el fin del mundo: tal como lo aprendiste, puedes desaprenderlo o volver a aprender a hacer otra cosa en su lugar.