“Un cigarrillo encendido nunca tendrá el mismo sabor, y eso es todo lo que alguien debería predicar acerca de cómo reavivar las viejas llamas”.
Tienes que darte cuenta de que una vez que pierdes a alguien, nunca es exactamente la misma persona que regresa. Al igual que cuando intenta volver a encender un cigarrillo, recibirá la dosis de nicotina que necesita y, sin embargo, se sentirá decepcionado de que no tenga el sabor que esperaba. Cuando rompe con alguien, se aflige por ellos e inventa escenarios en su cabeza en los que idealiza tanto a ellos como a sus acciones y se enfoca en todos los buenos momentos, ignorando todos los disturbios que pueden haber llevado a que la relación terminara.
Una de las lecciones más difíciles de la vida es dejar ir. Ya sea por amor, culpa, pérdida, enojo o traición, el cambio nunca es fácil. Luchamos para aferrarnos y luchamos para dejar ir. Al final, solo tienes que seguir luchando porque sabes, en el fondo, que las cosas nunca serán iguales, no importa cuánto crees que hayas aprendido para poder “arreglar las cosas” esta vez.
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