El cerclaje cervical generalmente se realiza bajo anestesia espinal o epidural con poca o ninguna sedación, generalmente al final del primer trimestre o al principio del segundo trimestre del embarazo. El procedimiento es breve y conlleva poco riesgo. La anestesia general se evita debido a los posibles efectos tóxicos en el desarrollo del feto, especialmente en este período en el que los órganos del bebé se desarrollan y la sensibilidad a los medicamentos aumenta.
La puntada se retira normalmente alrededor de las 37 semanas o cuando la madre entra en trabajo de parto. La extracción no es dolorosa y por lo general no requiere anestesia.