Esto no es algo con lo que tengas que lidiar, a menos que ella te pida que intervengas. Es algo que ella necesita aprender para lidiar. Si quiere ayudarla a aprender a lidiar con eso, puede invitarla a reflexionar sobre por qué le resulta difícil decir simplemente que no. ¿El decir no se siente incómodo? ¿Piensa que algo malo pasará si dice que no? ¿Ha tenido malas experiencias en el pasado con decirle a la gente que no?
La naturaleza del problema afectará a la solución. Por ejemplo, si tiene ganas de decir que no es grosero, es posible que deba cambiar su comprensión de lo que es grosero y lo cortés. Si se siente obligada a darles a los hombres lo que quieren, es posible que deba darle una prioridad más alta a sus propios límites. Si siente miedo al rechazo social al decirle a alguien que no, es posible que deba sentirse más cómoda al dejar que la gente se aleje de ella y tomar este rechazo menos personalmente. Si ella teme represalias violentas, especialmente si ha sufrido represalias violentas en el pasado, es posible que tenga mucho trabajo que hacer para sanar y seguir adelante. Le deseo suerte