Los bebés parpadean, pero no tan frecuentemente como los adultos. Ellos miran mucho mientras pierden el foco. Están procesando información, emociones, sonidos, colores e imágenes con los ojos fuera de foco abiertos.
Sus cerebros están trabajando todo el tiempo para fortalecer las conexiones neuronales, por lo que pierden la concentración y pasan a un estado de bebé alterado durante los tiempos de procesamiento y particularmente mientras se preparan para dormir.