- Llama a su puerta (supongo que no vives con tus padres).
- Dale un gran abrazo.
- Di: “Papá, te quiero”.
- Preparadle una comida.
- Cuente historias sobre su infancia feliz y recuerde los buenos momentos que ambos compartieron.
El precio de una comida no debería hacerte retroceder demasiado (suponiendo que vivas en la misma ciudad). Él te ha servido mucho. Es hora de devolver el favor.