Por supuesto me sentiría decepcionado. Me sentiría como si no hubiera logrado inculcar los principios más básicos y, a su vez, no les había dado los recursos para resistir las influencias corrosivas en el mundo. Pero no los querría menos (está programado biológicamente en mí, entonces, ¿cómo podría hacerlo?).
Como adulto, respetaría plenamente su elección, incluso si no estuviera de acuerdo con ella.
(Soy uno de los testigos de Jehová).