El estado mental ideal para esta etapa temprana de ruptura es aceptar la tristeza. Es decir, estás triste por todo el proceso de mierda, pero no estás quemando tu cerebro al respecto, o buscando detalles estúpidos como lo que salió mal, quién tiene la culpa, a quién está viendo y por qué la mierda no fue perfecta. Solo acéptalo y sopórtalo.
El punto es, te sentirás triste. Porque es natural. Lo que haces con esa tristeza, el contenido que dejas que tu cerebro le ponga, es mucho más controlable por ti. Pregúntate, ¿qué daño real te está haciendo esto? ¿Ver a otras personas significa que eres menos digno o lo que sea? Si está viendo a otras personas, tal vez sea la mejor manera de procesar la misma tristeza que procesa de esta manera. O tal vez hay otra explicación. ¿Por qué te importa esto? ¿Puedes responder esto honestamente a ti mismo?
En lugar de dejar que tu cerebro llame a esto “tristeza por fracaso personal” o “soy un perdedor y está sobre mí en dos semanas – tristeza” toma las riendas y llámala “tristeza inevitable después de la ruptura” y concéntrate en cómo la digieres y saca lo mejor de tu día, todos los días.
Ella encontrará la manera de resolver sus propios problemas, y ya no es su problema.
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