Yo digo que la respuesta es no. Las tensiones son muy diferentes, pero no menos estresantes.
Cuando trabajaba, disfrutaba viendo y visitando a mis compañeros de trabajo, la sensación de logro que tenía antes de ir a casa, el dinero y el desafío para aprender más.
No me gustaba tener que ser esencialmente castigado por hacer bien mi trabajo al tener que asumir el trabajo de otras personas que parecen no poder realizar su trabajo a tiempo. (Podría haber estado bien si me hubieran pagado más, pero en algunos casos, estas personas estaban ganando más dinero que yo debido a la antigüedad). No me gustaba la política de la oficina, los supervisores que administraban todo, y tener que ser el Único sostén de la familia para tres niños pequeños que contaban conmigo.
Me quedo en casa ahora mismo. Esencialmente de todos modos. Trabajo un par de horas a la semana, pero es tan divertido que no se siente como trabajar.
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Me gusta poder ofrecerme como voluntario para las cosas que me importan, poder estar allí para mi hijo, nunca tener que enviar a mi hijo a la guardería o tener una niñera, y poder tener un tiempo libre / tranquilo para mí.
No me gusta limpiar la casa, cocinar, sentir que realmente no estoy contribuyendo, y sentirme culpable cuando podríamos usar más dinero para algo.
Realmente, hay pros y contras a cada situación. Este no es diferente.