Asumiré que es tu boda. Invítalos y luego sigue con tu boda. Si deciden asistir, genial. Si no lo hacen, que tengan un día maravilloso, de todos modos. Son ellos quienes finalmente se arrepentirán de no ser parte de su día especial.
No dejes que arruinen tus planes de boda o tu boda. Concéntrese en su futuro marido y su familia y sus amigos y su vida futura. Por cierto, ¡felicidades!