¡Basta ya con la era liberal, moderna mumbo-jumbo!
Cuando un hombre y una esposa contraen matrimonio, cada uno de ellos asigna al otro los derechos exclusivos de uso de su cuerpo para fines de disfrute sexual y reproductivo (en latín, remedium concupiscencia). Esto se ha entendido durante milenios, hasta que algunos estúpidos radicales lésbicos Standford de la década de los 70 comenzaron a lanzar tonterías.
Un hombre que se niega a tener relaciones frecuentes y placenteras con su esposa está incumpliendo sus obligaciones matrimoniales. Lo mismo ocurre con la esposa que se niega a tener relaciones sexuales con su marido.
Por supuesto, si está afligida, tiene mala salud, está físicamente agotada o tiene muchas dificultades para dormir, los problemas esporádicos de rechazo están dentro de sus derechos. Además, si el otro cónyuge ha sido infiel y no ha sido readmitido desde entonces a la intimidad matrimonial completa, puede ser rechazado. Finalmente, si se encuentra en estado violento, abusivo, alterado, etc. o si la pareja está atravesando temporalmente una crisis, también puede ser rechazado.
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Esta es la ley. Ha sido por milenios. Tanto en el islam como en el cristianismo. Una mujer que no quiere que un hombre TENGA DERECHO a acceder a su cuerpo no debe celebrar un acuerdo matrimonial con ese hombre, ya que ese es el objeto del contrato matrimonial.
¿Qué pensaría de un inquilino que le diría a su inquilino ‘mi casa es mía, y esta noche no puede dormir en ella, aunque tenga un contrato de alquiler válido?’ ‘¡Porque lo digo, por eso!’ Loco, verdad? Bueno, eso es lo que las feminazis comenzaron a pasar como ‘ley’ y lo que la mayoría de la gente cree hoy.
Están tan lejos del sentido común que una dama puede tener relaciones sexuales por la mañana con su jefe visitante, y dos días más tarde descubren que estaba durmiendo con otro compañero de trabajo más joven y, ¡voilà! Es una violación. Guy fue recibido en sus sábanas, tuvo sexo nocturno, pero para una segunda ronda necesita obtener un consentimiento por escrito del notario sueco con el que está durmiendo. Pregúntale a Julian Assange …