No dices cuántos años tienes, y eso hace una gran diferencia. Si eres adulto, puedes hablar con tu madre y ofrecerte apoyo económico y físico. Si todavía eres un adolescente o un niño, tus opciones son mucho más limitadas.
Sin embargo, a CUALQUIER edad, PUEDES hablar con ella. Dígale lo que observa, lo que PIENSE que puede hacer o que le gustaría hacer para ayudar. Lo más importante, pregúntele cómo puede ayudarla mejor.