No hay necesidad de decir nada.
No digas nada si no hay nada que decir.
Probablemente mi madre no dijo nada más de una hora en toda su vida a la amante de mi padre, pero de alguna manera las dos mujeres llegaron a un “entendimiento”.
A veces, en esos países en los que he crecido, la señora me cuidaba como a su propio hijo cuando a mamá no le resultaba práctico hacerlo por motivos de trabajo.
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Supongo que depende de cuán ‘inclusivo’ o ‘exclusivo’ veas el asunto. Y si usted y la otra mujer están inclinados a ir balísticos y crear una escena.
Por supuesto, puedes sentir que hay mucho que decirle al marido.