Por supuesto no. Ambos somos personas muy inteligentes, y podemos discutir temas que van desde la astronomía a la medicina, desde la historia antigua a las matemáticas, y todo lo que hay en el medio. Es lo primero que nos atrajo y nos conectó el uno con el otro, y cómo aún hoy, después de 16 años de matrimonio, nunca nos quedamos sin cosas de qué hablar.
En cuanto a las opiniones, algunos días podemos diferir en algunos, otros días muchos, otros días ninguno, pero es esa diferencia la que genera algunas de las mejores discusiones, el intercambio de información y las experiencias de aprendizaje que tenemos unos de otros. Una diferencia de opinión no hace que alguien sea correcto o incorrecto, alguien superior o inferior, sino más bien, una oportunidad para aprender y entender de dónde viene el otro, y luego trabajar para encontrar un término medio, o, a veces, para reconocer que estaban equivocados, y aprenden algo nuevo.
Esa es la parte más difícil de ser humano, es la capacidad de admitir que uno estaba equivocado, aceptarlo, aprender de él y seguir adelante. A veces, el simple hecho de admitir que estábamos equivocados o que no sabíamos, puede ser bastante liberador, lo mismo que pedir disculpas cuando hemos dicho o hecho algo que podría herir a otro. Estos actos son mucho más liberadores de lo que la mayoría de las personas se dan cuenta, y algo que creo que la gente debería aprender a hacer cuando son más jóvenes. Necesitar estar en lo correcto crea una mente rígida y una forma de pensar, y creo que conduce a confrontaciones, argumentos y permite poco crecimiento o diferencia de opinión. Mi esposo y yo odiamos los conflictos, probablemente como resultado de nuestra infancia, por lo que es reconfortante tener a alguien más que prefiera una discusión racional sobre una discusión y que no tenga miedo de disculparse.
Sin embargo, debo admitir que en algunas áreas y campos él está más informado que yo, pero también sé que él piensa lo mismo de mí.
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Aquí, pregúntele, está sentado aquí, preguntándose por qué respondo a preguntas tan ridículas, y ahí radica la diferencia entre nosotros, porque estas preguntas me parecen interesantes e intrigantes. 🙂