Una complicación grave de un embarazo es una toxicosis, que puede matar al bebé y, si es grave, a la madre.
Por lo tanto, debemos controlar el aumento de peso, la presión sanguínea y la pérdida urinaria de proteínas de la mujer embarazada, para que se pueda iniciar el tratamiento antes de que ocurran cosas malas. Pero todas estas herramientas, la partera o el doctor, no son necesarias para que la futura mamá las tenga.