Acabas de tener un bebé. Esperabas estar disfrutando de la nueva felicidad de mamá. Esperabas estar celebrando la llegada de tu pequeño con tus amigos y familiares. Pero en lugar de celebrar, tienes ganas de llorar. Estabas preparado para la alegría y la emoción, no para el agotamiento, la ansiedad y el llanto. Puede que no lo haya estado esperando, pero la depresión leve o la ansiedad y los cambios de humor son comunes en las nuevas madres, tan comunes que, de hecho, tienen su propio nombre: el baby blues.
La mayoría de las mujeres experimentan al menos algunos síntomas de la tristeza del bebé inmediatamente después del parto. Es un sentimiento precipitado por el cambio repentino en las hormonas después del parto, el estrés, el aislamiento, la falta de sueño y la fatiga. Puede sentirse más lloroso, abrumado y emocionalmente frágil. En general, esto comenzará dentro del primer par de días después del parto, alcanzará un máximo alrededor de una semana y disminuirá hacia el final de la segunda semana después del parto.
Las madres necesitan un vínculo emocional seguro con sus bebés, tanto como los bebés necesitan este vínculo seguro con sus madres. La cohesión del cerebro de tu bebé depende de este vínculo emocional no verbal que también te beneficia al liberar endorfinas que te hacen sentir más feliz y más segura como madre.
Las madres con depresión posparto interactúan menos con sus bebés y tienen menos probabilidades de amamantar, jugar y leer con sus hijos. También pueden ser inconsistentes en la forma en que cuidan a sus recién nacidos.
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Las madres deprimidas pueden ser amorosas y atentas a veces, pero otras veces pueden reaccionar negativamente o pueden no responder en absoluto. Esta inconsistencia interrumpe el proceso de vinculación entre la madre y el niño. Este proceso de vinculación emocional, conocido como apego, es la tarea más importante de la infancia.
Un vínculo seguro se forma cuando la madre responde de manera cálida y constante a las necesidades físicas y emocionales de su bebé. Cuando el bebé llora, la madre lo tranquiliza rápidamente. Si el bebé se ríe o sonríe, la madre responde con amabilidad. En esencia, la madre y el niño están sincronizados. Reconocen y responden a las señales emocionales de cada uno. También puede descargar la aplicación llamada Parentlane http://goo.gl/hYvuHO. ¡Brindan consejos y consejos increíbles sobre la crianza de los hijos y el crecimiento del bebé!