Nunca he entendido cómo alguien que pudiera decir que cuidaría de otro, crearía deliberadamente una situación en la que el resto de su vida sería mucho menos feliz de lo que podría ser.
Es casi como si, al haber sido forzados a un matrimonio infeliz ellos mismos, sintieran la alegría de someter a otro a esta interminable miseria. “Casarse con alguien que ni siquiera le gusta como persona” es degradar el matrimonio a un simple negocio. Esta no es la creación de ningún Dios amoroso, ni siquiera un padre amoroso.