No creo que muchos sean los padres que se dan cuenta de los efectos que los niños tienen en sus vidas y cómo deben adaptarse para tener una tercera, cuarta y quinta persona en la relación.
La dinámica cambia, las presiones aumentan y la madre (injustamente) se siente abrumada, especialmente si es una madre trabajadora.
Hay un artículo fascinante en The Guardian que informa sobre 30 años de investigación que confirman que hay un inevitable declive en las relaciones cuando los niños llegan. Las parejas sin hijos son mucho más estables.
El Instituto Gottman en Seattle hizo una investigación propia. Sus hallazgos tampoco fueron reconfortantes. Encontraron que el 66% de las parejas vieron una disminución definitiva en la calidad de su relación dentro de un período de tres años después de la llegada del primogénito. Los principales elementos del descontento fueron:
- ¿Por qué mi cuñada es agresiva pasiva?
- ¿Por qué mi familia me trata como lo hacen?
- ¿Cómo llegó tu familia a vivir donde están?
- Después de mudarme después de la separación, ¿puede mi ex ingresar legalmente al hogar familiar en el que vivo sin mi consentimiento? Él no está contribuyendo financieramente.
- ¿Pueden algunos astrólogos ayudarme a revelar o predecir el futuro de toda mi familia?
- los conflictos y los argumentos aumentan
- se reduce el tiempo para conversar
- la conversación se limita a los deberes del bebé
- Tiempo limitado y oportunidades para el sexo.
- la distancia emocional es difícil de salvar
Esto también me recuerda a una madre que conozco que decidió que la adición de un hijo traería más amor a su matrimonio porque sentía que eso era lo que se necesitaba. El niño llegó pero el matrimonio no mejoró. De hecho, provocó aún más tensión y desacuerdo, ¡sin la ayuda de los suegros que realmente vivían en la misma casa!
¡Parece que el mito de que los niños ayudarán a estabilizar un matrimonio es todavía creído por un número sorprendentemente grande de parejas!
Vale la pena leer este artículo.
¿Quieres salvar tu matrimonio? No tengo hijos
Si los padres estuvieran mejor preparados para estos cambios inevitables, ¡habría más felicidad para ellos y para sus hijos!