No.
El mundo no se alinea con nosotros, nos alineamos con el mundo.
El estrés es parte de la vida. Un poco de sobrecarga durante los estudios es una buena preparación para la vida real más adelante. Si personalizamos el aprendizaje para adaptarnos a cada adolescente individual de acuerdo con su estado de ánimo, nivel de energía, cansancio en un día determinado, desequilibrios hormonales y otros factores más aleatorios, tendremos un desastre.
Tal cambio sería la causa de una generación que se siente autorizada, no puede adaptarse al flujo de la vida, no podrá desarrollar responsabilidades o llevar una vida de interacciones interpersonales saludables. Todo se reducirá a “mi, mis necesidades, mis deseos, mi estado de ánimo, yo” y esa no es una manera de vivir.
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Los años de la adolescencia son una etapa importante del desarrollo en la vida de una persona, un rito de paso, por así decirlo: eliminamos los delirios de una mentalidad egocéntrica en la toma de decisiones maduras, cambiando de la ociosidad al comportamiento eficiente.