Si bien se considera inusual, no es tan infrecuente como podría pensarse. Por lo general, se considera una consecuencia bastante triste de los choques de personalidad o, en ocasiones, de los fallos de crianza.
La única obligación entre padres e hijos es la obligación de los padres de que el niño proporcione, cuide y cuide. El niño no tiene obligación con el padre. Las tradiciones culturales pueden solicitar un cierto nivel de reembolso por esa obligación inicial, pero no está obligado a aceptar.