Qué romántico. Como si fueras el hombre enmascarado en un caballo con una espada, ven a luchar contra los matones que acosan a tu amor. Pero no, no necesitas hacer eso todo el tiempo.
Está pasado de moda ser el protector y el protegido. En esta era, donde las mujeres y los hombres son respetados por igual, uno debe dejar de ser la muleta de la otra persona. Ser la muleta el uno para el otro es peor. En lugar de eso, aprende a ser las alas de cada uno. De esa manera, tal vez ambos puedan volar juntos. Volar, no cojear. ¿Ver?