Esto me recuerda la trampa en la que el difunto Frank Gifford fue atrapado a fines de los 90.
Si no recuerda la historia, sin el conocimiento de Gifford, el tabloide semanal The Globe molestó la habitación del hotel donde Gifford se alojaba con la azafata y ex modelo Suzen Johnson.
El tabloide le había pagado para que viniera a Gifford con el propósito expreso de capturar una historia. Esta publicación tenía cámaras de video y equipo de escucha para documentar el asunto. El Globe le pagó a Johnson, con sumas mencionadas entre $ 75,000 y $ 125,000, para atrapar a Gifford en este asunto.
Ahora, Gifford era un hombre casado, y no estoy seguro de que lo que siento por su situación pueda llamarse “simpatía”. Por otro lado, recuerdo haber tenido una conversación con una mujer que conocí, expresando lo horrorizada que estaba de que este periódico se incline para entrometerse con la vida de las personas de esta manera.
Ella no lo veía de esa manera. Sin importar cómo lo intentara, no podía dejarle en claro que no le estaba dando a Gifford un permiso para esto, solo expresaba que el tabloide mostraba un comportamiento repugnante al orquestar este asunto.
- Tengo muchas ganas de casarme. Pero cuando estoy luchando contra la depresión, ¿eso me haría incapaz de casarme?
- ¿Qué pasa si llegas a saber que tu padre tiene una aventura amorosa y han pasado de 9 a 10 años?
- ¿Qué pasa si después de 7 años de relación, uno todavía está confundido acerca de casarse con esa persona?
- ¿Es cierto que algunos judíos ortodoxos solo se casarán contigo si puedes probar que eres 100% judío por muchas generaciones?
- ¿Se deshizo de él? Fue una relación física y comprometida. Ahora me obliga a casarme con él.
Y no importa cuánto lo intenté, no pude hacer que admitiera que, aunque Gifford había hecho algo malo, también lo hizo el tabloide.
Si alguien cree que solo los tramposos de Ashley Madison hicieron mal, son como esta mujer. No iría tan lejos como para decir que creía que The Globe debería “ser aplaudida” (y presumiblemente / por extensión, los piratas informáticos), pero ella se negó a reconocer su falta.
Si tu lo dices ambos grupos de individuos son culpables de algún delito, eres más como yo (aunque, una vez más, no quiero decir que mi opinión sea “simpatía por los usuarios de Ashley Madison”).