Mi primera relación fallida me hizo lo que soy hoy.
Fue una experiencia desgarradora que trastornó mi cómodo mundo. Pasé por una prolongada fase desconcertante y atormentadora al ver cómo se rompen mis sueños una y otra vez. No tenía un buen control de mí mismo ya que mi corazón había superado por completo mi mente. Todos a mi alrededor pensaron que me estaba comportando de manera irrazonable.
Tenía tantas ganas de volver a tener el control al levantarme de donde había caído. Pero lamentablemente no sabía cómo. Sentí un vacío en mi vida que no pude llenar. Solía sentirme solo. Quería darle sentido a lo que realmente estaba pasando pero no pude. Me distancié de todos los que estaban felices de tenerme cerca. Entré en un modo de hibernación en el que no tenía ganas de hablar con nadie. Pensé que la vida nunca sería la misma.
Gradualmente a medida que pasaba el tiempo, comencé a recuperar mi motivación. Me reconecté con gente nueva que me dio una perspectiva diferente sobre la vida. Vi la miseria de otras personas y eso me hizo darme cuenta de que mi problema no es nada en comparación con lo que otros pasan día tras día. El dolor y la alegría son facetas indispensables de la vida. Cuanto antes nos demos cuenta, mejor será.
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Aprendí el significado de los amigos a quienes ignoraba, mis intereses que había dejado de lado, mi carrera que iba bien, la gente que amaba hacerme sonreír y, finalmente, los que se quedaron conmigo a través de la vida. Me di cuenta de lo que se trata el amor, el dolor, la compasión y la integridad.
Evolucioné como persona. Si no hubiera pasado por la crisis de mi relación, no habría podido visualizar y entender la vida.
Finalmente mi pensamiento sobre la pérdida de relaciones es que nunca hagas nada de lo que te arrepientas más tarde. No dejes que un evento desafortunado te endurezca como persona. No te detengas de creer lo que siempre tienes. No se trata de perder sino de no intentar con tu corazón. Así que sigue creyendo en el amor sin temer el dolor. De hecho, es la emoción más hermosa que no aparece muy a menudo en nuestra vida, así que abrázala con los brazos abiertos.