Tuve una capucha traumática y comencé a abusar del alcohol en mis veinte años y no podía deshacerme de él. Mi salud mental y personal comenzó a deteriorarse rápidamente, estaba haciendo cosas estúpidas y, finalmente, cuando me di cuenta de todo, estaba en el fondo y no tenía un propósito para vivir. Casi me di por vencido y, debido a la presión familiar, me casé y ahora tengo una hija y todos los días, cuando vuelvo a casa del trabajo y veo un bar, me siento tentado, pero la imagen de mi hija me emociona cada día. Los abrazos y besos que me lanza son lo mejor que me pasa. Ahora sé el propósito de mi vida. ¿Vos si?
PD: ocasionalmente pido permiso a mi esposa y consumo muy poco alcohol y soy un padre responsable.