Los bebés, en particular, pueden deshidratarse muy rápidamente si tienen un alto nivel de diarrea. Sus pequeños cuerpos tienen reservas de líquidos relativamente pequeñas y una alta tasa metabólica que hace que sea fácil perder el agua y los electrolitos que el cuerpo necesita para funcionar. Si los fluidos no se reemplazan, el resultado puede ser crítico en cuestión de días.
Aquí hay algunos signos de deshidratación a tener en cuenta:
- Somnolencia
- Irritabilidad
- Sed
- Menos elasticidad en la piel.
- Ojos y fontanela (o punto blando en la cabeza) aparecen hundidos
- Disminución o ausencia de lágrimas.
- Boca seca
- Disminuir el número de pañales mojados
Los médicos a menudo recomiendan una solución de rehidratación oral (SRO) como Pedialyte, Ceralyte o Gastrolyte, en dosis pequeñas y frecuentes, para rehidratar el cuerpo de un bebé. Incluso si el bebé está vomitando, se anima a los padres a administrar la solución. El objetivo es evitar que la salida de fluidos supere la ingesta. El tratamiento de rehidratación no detendrá la diarrea, pero mantendrá el cuerpo hidratado hasta que la enfermedad siga su curso. Se considera que una persona está hidratada si hay una producción de orina normal: al menos seis pañales mojados al día en el caso de bebés y niños pequeños.
La cantidad de líquido de rehidratación que debe darle a su bebé depende de su tamaño y del grado de deshidratación. Los niños que pesan menos de 10 kg (22 libras) deben beber de 60 a 120 ml (2-4 onzas) de SRO por cada episodio de vómitos o diarrea. Y aquellos que pesen más de 10 kg deben beber de 120 a 240 ml (4-8 onzas) de SRO