Algunas personas son buenas con los niños. Algunos no lo son. Algunos quieren tener hijos, gastar el dinero, el tiempo y la energía cuidando a sus hijos y criándolos. Otros piensan que no quieren ser atrapados por valores puritanos.
Las parejas pueden ser sin hijos por muchas razones:
- No creen que sean buenos con los niños.
- Son tan pesimistas sobre el futuro que no quieren someter a sus hijos a ello.
- No pudieron tener hijos (problemas biológicos).
- Su vida financiera es tan precaria que agregar un niño volcaría el barco.
- Tienen problemas emocionales o genéticos que no quieren transmitir a la siguiente generación.