Los niños en realidad tienden a sobrevivir mejor que los adultos. La razón de ser, un niño no desperdicia energía corriendo, o tratando de salir de una situación de supervivencia, por lo general. Se quedarán quietos, ya veces se enterrarán en hojas.
En contraste, los adultos a menudo piensan que pueden salir fácilmente, incluso en la oscuridad, y terminarán hiriéndose o perdiéndose más.