Con empatía y compasión. Es extremadamente triste cuando las personas, especialmente los jóvenes, piensan que el suicidio es su única opción. Es incluso más triste pensar que algunas personas podrían no buscar ayuda por temor a ser ridiculizadas. Los sentimientos suicidas no son solo un drama adolescente tonto, es un problema verdaderamente aterrador.
La mejor manera de ayudar realmente es eliminar el estigma que rodea a las enfermedades mentales, facilitar que los adolescentes busquen ayuda o, al menos, ser alguien con quien puedan hablar sin temor de ser juzgados. Convencerlos de que son estúpidos solo empeorará sus problemas.