El amor es así: estás a un lado del borde de un cañón: ventoso, profundo, soleado, empinado. Tu amante está en el otro. Se saludan entre sí a través de la división. Tienes un paracaídas. Tu amante tiene un paracaídas. Pero las cuerdas para abrir los paracaídas están en la parte posterior, no en el frente, de modo que solo su amante puede abrir su paracaídas para usted y usted para su amante. Tu pausa ¿Listo para saltar? ¿Tu amante saltará también? Si usted y su amante saltan simultáneamente, tomen el aire y tiren de los cables, se deslizarán dulcemente a su isla de escapada donde le espera una cena a la luz de las velas. Si algo sale mal, una falla en el tiempo, una ráfaga de viento, la menor duda, serás aplastado en las rocas de abajo.- Anónimo
No eres el primero en tener miedo del amor. Pero a menos que se dé el salto (de nuevo posiblemente), nunca podrá conocer las maravillas del amor. Así que adelante, arriesga, si pierdes, siempre puedes intentarlo de nuevo. Pero si ganas en el amor, puedes disfrutar de un viaje al sol, la luna, las estrellas y más allá 🙂