De mis experiencias personales he mezclado opiniones acerca de vivir en una familia conjunta. Antes de casarme, siempre quise vivir en una familia conjunta. Mis padres, los hermanos de mi padre, sus esposas, los hijos y yo éramos un grupo de personas que tenían gustos y disgustos similares. Incluso si no estuviéramos de acuerdo en algo o tuviéramos una discusión sobre algo, fue solo por el momento y en unos minutos nos comportaríamos como si nada hubiera pasado. Tenía la libertad de pedir cualquier cosa y podía pedirle a cualquiera que hiciera algo por mí. Si uno estaba enfermo, había muchos para cuidar de esa persona. Ese era el tipo de amor y comprensión que teníamos y, así, me hubiera gustado vivir siempre juntos.
Pero el mundo es un lugar diferente, donde las personas de la misma familia tienen una opinión diferente acerca de todo y se mostraron tan reacios a aceptar la opinión de la otra persona. Por lo general, en el escenario de la India (que he visto y he visto), se supone que la nuera es una mujer con múltiples talentos y múltiples tareas, que puede cocinar diferentes variedades de alimentos a lo largo del día, todos los días para todos, por todos ella misma, limpia la casa, hace los recipientes y la ropa (si la doncella no aparece), mantén feliz al hijo, no salgas con él para divertirte, no salgas a cenar porque la comida del hogar es más saludable (pero el hijo puede hacerlo). Vaya a cenas, almuerzos, vacaciones con amigos, cuide al niño y todo esto, mientras se ve limpio, bueno y presentable todo el tiempo. Un pequeño cambio en el apósito o el tono de la voz es suficiente para que la palabra “el DIL no sea educado” se propague como un incendio forestal, seguido de burlas, insultos, argumentos, “solo en casa todo el día” y “no gana nada”. “etiquetas y lo que no.
Todo esto puede ser común en la mayoría de las casas. Probablemente nada nuevo. No hay nada de malo en hacer las tareas domésticas, cocinar, limpiar y esas cosas. Pero cuando viene con la dosis extra de insultos y burlas, cambia toda la perspectiva de hacer las cosas para su casa. Se convierte en una tarea onerosa.
Vivir en una familia conjunta, aunque es una bendición para unos pocos, podría ser una carga para algunos, ya que podrían ser estafados de su privacidad y respeto propio (en algunos casos).