¿Cómo es ser un consejero matrimonial?

La terapia conyugal probablemente parece ser muy difícil, pero una vez que tenga las herramientas adecuadas, es extremadamente divertido y gratificante. Debo controlar mis propias emociones para asegurarme de que estoy trabajando tan duro para entender a los dos cónyuges. En lugar de estar del “lado” de una persona, trabajo para ser un “amigo de la relación”. Es crucial no dejarse atrapar por los detalles de las conversaciones de la pareja. Por ejemplo, si una pareja está discutiendo sobre qué fin de semana se va de vacaciones, no estoy escuchando quién tiene las razones más válidas para poder estar con ellos en su fin de semana preferido. En cambio, estoy escuchando cómo la pareja se habla entre sí. ¿Están comunicando sus deseos y valores con calma y claridad? ¿Son sus tonos atados con amargura? ¿Se critican o se degradan entre sí? ¿Están buscando escucharse, entenderse y validarse mutuamente? ¿Están dispuestos a aceptar la influencia de los demás?
Podría dejar que el patrón disfuncional normal de la pareja salga a la superficie el tiempo suficiente para evaluarlo. Pero, créeme, no solo escucho a la gente pelear todo el día. Soy bastante rápido para interrumpir su patrón normal para ayudarles a experimentar y practicar patrones nuevos y más útiles. Como cualquier carrera, estaba un poco nerviosa y abrumada cuando comencé, pero ahora estoy muy emocionada de tener parejas en mi oficina.