Piense en el interés como un triángulo de tres cosas, tiempo, energía e información. Si ella te da tiempo, su energía y comparte información contigo de manera significativa, es dudoso que ella te guíe.
Además, a veces es mejor sentir tu corazón que pensar con la cabeza. Los dos a menudo no hablan el mismo idioma. Ve con tus tripas 🙂