Cuando rompí con mi abusiva ex, fue una gran escena en la que rompí a llorar en el pasillo, todos mis amigos a mi alrededor, él sonriendo. Mi amigo le dijo que si alguna vez me ponía una mano, ella le arrancaría algo muy doloroso con la mano. Lloraba incontrolablemente y una maestra salió de su aula enfurecida y me llevó a la oficina de consejería. Desde allí llamaron a mi madre y le dijeron que tenía que venir a buscarme a la escuela y llevarme a casa.
Tuve una crisis mental en la que repetí las mismas cosas una y otra vez durante una hora, prácticamente sin responder a mi madre, quien de todos modos se quedó conmigo. Estaba tan avergonzada, tan avergonzada y no tenía ni idea de cómo enfrentar a alguien en la escuela nunca más. Finalmente miré a mi madre y dije ‘¿qué hago?’ me miró y me dijo: ‘te tomas el fin de semana libre para recuperarte y volver a ponerte de pie y luego el lunes entras a la escuela con la cabeza bien alta y la superas’. Seguí su consejo y salí diez veces más fuerte por ello. Probablemente parece bastante insensible y duro, pero fue el mejor consejo que he recibido en toda mi vida. Entonces, ¿cómo recuperas tu fuerza? Te tomas unos días para ti, te recuperas y luego vuelves a la escuela con la cabeza bien alta, una sonrisa en la cara y la superas sin importar nada. Sigues luchando, sigues perseverando y superando y no permites ninguna otra opción.