Probablemente no puedas dejar de pensar en él. Lo que puedes hacer es controlar tu comportamiento. Haz algo que te mantendrá ocupado y te distraerás. Ofrézcase como voluntario para alimentar a las personas sin hogar, o limpie las jaulas en la Humane Society, o recoja la basura.
Por cierto, tan pronto como rompiste, dejó de hacer trampa.